miércoles, 19 de diciembre de 2012

Historia del humanismo (V). La Ilustración y la emancipación del ser humano.


Continuando con la serie dedicada al concepto de humanismo y, más concretamente, a la existencia de una humanitas y la posibilidad de ella. Abordamos ahora el período conocido como Ilustración (también conocido como "El siglo de las luces" por lo magnífico de los logros de su conocimiento que nos sustraían de las sombras de épocas pasadas marcadas por la superstición y la religión). Este período comprende los ss.XVII y XVIII (incluyendo la Revolución Francesa) y abarca grandes corrientes del pensamiento como el racionalismo, idealismo, empirismo y criticismo. Con sus grandes pensadores como Descartes, Berckeley, Hume y Kant. Será este último, precisamente, el que se convierta en el máximo exponente filosófico de este momento histórico definiéndolo como el período en el que la humanidad sale de su minoría de edad. Esto, en el ámbito político implica ser responsables de nuestros actos y, por tanto, que seamos nosotros los que marquemos los derroteros por los que queremos que vaya nuestra vida siendo los únicos responsables de la senda a seguir y el rumbo que la guía. Hemos logrado la emancipación total; nos hemos liberado de Dios, de los dioses y del destino gracias a la razón y al buen uso científico que hacemos de esta. Es la época de la enciclopedía y del espíritu que intenta conquistar el universo con la razón y recogerlo en una magna obra.

"El salón de madamme Geoffrin" de Lemonier 

 Es en este momento cuando concluye “la revolución científica” iniciada en el Renacimiento (tratada en otra entrada del blog) ya que se ha instaurado en el ideario colectivo que gracias a la ciencia alcanzamos unos saberes que nos permiten conocer, comprender, prever y dominar la realidad. Somos los amos y señores del mundo, somos el centro de este. Si Dios nos hizo a su imagen y semejanza ahora somos nosotros los que modelamos al universo a nuestro antojo. Si antes nos daban miedo los rayos ahora inventamos el pararrayos y no solo este sino también el ferrocarril, el telégrafo y la energía eléctrica y su domesticación. Ante este nuevo mundo no es de extrañar que surja una nueva concepción del humanismo basada en la razón científica y cómo esta va a ser ahora el pilar sobre el que se sostenga a la mentalidad europea y donde edifiquemos una nueva cosmovisión de la realidad con un nuevo sistema ético y político de carácter antropocéntrico.