La entrada la he dividido en pequeños apartados que servirán para ir contextualizando el problema, captar la amplitud del mismo y entenderlo en toda su extensión. Debo de indicar, por último, que en esta entrada no vamos a hablar de la fenomenología ni de la reducción trascendental. Que, aunque, tienen gran importancia para poder entender la solución final que aporta el autor al problema del humanismo. He entendido que para exponer simplemente el problema, objetivo de la entrada, no es necesario tratarlas. No obstante, si veo que resulta de interés hablar de ella, le dedicaré una entrada propia a tal asunto.
El problema
Husserl,
en mi opinión, es el primer pensador del S.XX (1859-1938) que sabe ver la crisis humanista que vivimos en la actualidad. De analizar la
cuestión, darle forma y aportar una solución. Es
principalmente en su obra de 1.936 (publicada póstumamente en 1.954), y culmen
de su segundo período fenoménico, La
crisis de la ciencias europeas y la fenomenología trascendental en la que
mejor analiza el problema del humanismo[1].
Al
principio de la obra nos comenta que el problema de la situación de deriva,
vital e intelectual, en la que se encuentra sumida Europa surge tras la
escisión de la razón y la consiguiente separación entre ámbito teórico y ámbito
práctico en el mundo de la vida y este ha hecho que al valorar más la praxis que a la theoria, se tome como
modelo de conocimiento a las ciencias físico matemáticas, obviando una
dimensión esencialmente humana como es la perteneciente a las conocidas como
ciencias del espíritu o humanas, de entre las que destaca la filosofía y la
metafísica. Lo cual, acarrea la pérdida de sentido que rodea a nuestra vida. Aquí
reside el problema sobre la humanitas
ya que, para Husserl, lo que debía ser auténticamente el ser humano se ha
escindido. Porque no solo está separada la materia del espíritu sino que la
primera manda sobre la segunda.